jueves, 19 de mayo de 2016

JORNADA 13: XUNQUEIRA DE AMBÍA - OURENSE (22/09/2015)

Al final, la noche no estuvo mal del todo. Dormí sin problemas, y me levanté fresco como una rosa y especialmente contento, con unas ganas locas de llegar cuanto antes a Ourense. Todo tiene su explicación: por la tarde llegaba mi hija Malen para acompañarme andando hasta Santiago, y habíamos quedado en la estación de ferrocarril de Ourense.

Salí temprano para lo que acostumbro (a las 7:50) y desayuné en un bar que encontré abierto ya casi en la salida del pueblo. 

El recorrido hasta Ourense es muy fácil: casi todo cuesta abajo, aunque la mayor parte es por carreteras asfaltadas. Al principio, como es habitual, hay que ir unos kilómetros cuesta arriba. Nunca llueve a gusto de todos.











Coincidí varias veces con algunos del grupo de Medina del Campo y, aunque no estoy nada de acuerdo con su forma de acceder a los albergues, eran gente muy maja.

El día estaba nublado, lo que favorecía mis intenciones de andar más o menos rápido para darme prisa en llegar a Ourense.

Casi sin darme cuenta me planté en el polígono industrial que hay antes de llegar a Ourense y por el que hay que pasar obligatoriamente. A la entrada del polígono hay un área de descanso para peregrinos, cosa que se agradece, y aproveché para comer algo.





Mi idea al llegar a Ourense era ir hasta el albergue, sellar la credencial y, luego, instalarme en el hostal que había reservado. Hubiera preferido que Malen y yo nos alojáramos en el albergue pero, entre que el grupo de Medina del Campo tenía previsto alojarse en el albergue, que Malen llegaba sobre las 17:30 y, sobre todo, que Ourense es el punto donde empieza mucha gente su peregrinación hasta Santiago, preferí curarme en salud y asegurar el alojamiento.







Antes de llegar a Ourense hay que pasar por Seixalbo, un pueblo muy bonito situado en las afueras que se junta con las primeras casas de la ciudad.











El hombre propone y Dios dispone. Me equivoqué de calle y, en vez de subir hasta la parte alta de Ourense, donde está al albergue, me fui yendo hacia el centro de la ciudad. Me senté en un banco para consultar en Google Maps dónde me encontraba y dónde estaba el hostal y ¡sorpresa! el banco estaba situado justo enfrente de la puerta del Hostal Lido, que era el que tenía reservado. Supongo que era una de esas casualidades que se suelen dar en el Camino.


Por cierto, el hostal, una maravilla. Limpio, espacioso, céntrico...Totalmente recomendable.



Aproveché la tarde para pasear, hacer algunas compras necesarias y para ir hasta el albergue a sellar mi credencial.







Después, sin prisa, fui a la estación dando un agradable paseo. Llegué 20 minutos antes de la llegada prevista del tren que venía de Madrid y ¡qué raro! el tren venía con retraso. Una hora de retraso, nada menos.




La espera se hizo larga (por aquello de que el que espera, desespera) pero al fin vi aparecer el tren. Bajó mucha gente, algunos de ellos peregrinos...¡y también Malen!


Fuimos a dejar las cosas en el hostal y, luego, a pasear por la ciudad, que tiene mucho que ver. Aprovechamos el paseo para visitar la catedral y sellar la credencial, que los sellos de las catedrales tienen un bien ganado prestigio.











Para la cena era obligado ir al Mesón Bar Bedoya, que tan grato recuerdo nos había dejado en 2011. Fue un acierto total: comida casera, buena, abundante y barata. No se puede pedir más.






Después de tan copiosa cena, solo nos quedaba volver al hostal, meterse en la cama y ¡a dormir! que la etapa de mañana se presentaba dura.

RESUMEN DE LA JORNADA

Distancia recorrida: 24,9 kilómetros.

Altitud máxima: 548 metros.

Altitud mínima: 125 metros.

Ascenso acumulado: 278 metros.

Descenso acumulado: 607 metros.

Velocidad media: 4,5 km/h.

2 comentarios:

  1. tampoco estoy de acuerdo con la forma de acceder a los albergues. tenian que haber esperado con las mochilas fuera del albergue hasta bien entrada la tarde, dando prioridad a los peregrinos que vienen de lejos y los que cargan con la mochila. luego si hay plazas acceder a ellas.

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    1. Efectivamente, yo también entiendo que ésa es la forma de actuar.

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