domingo, 25 de septiembre de 2011

SEXTA JORNADA (14-09-2011): SALAMANCA / ZAMORA (70,04 Km)

Salimos a la hora habitual y nos paramos a desayunar en una concurrida cafetería. La salida de Salamanca es desagradable. Se va por una avenida con demasiado tráfico y, además, cuesta arriba. Una vez rebasado el Estadio Helmántico la cosa mejora, y al salir de la carretera, ya es mucho más agradable.


Llegamos sin problemas hasta Calzada de Valdunciel y, ...qué flipe! Una fuente con una placa conmemorativa del aniversario de la Falange, con el yugo y las flechas!!! La España profunda en todo su esplendor! Hechas las fotos de rigor, salimos zumbando, no se nos fuera a pegar algo...



Casi sin darnos cuenta llegamos a El Cubo de la Tierra del Vino, donde aprovechamos para avituallarnos y donde reparamos el segundo pinchazo de nuestra ruta, casualmente, también en la bici de Sera.


Leí, no recuerdo en qué blog, que lo mejor que puede hacerse en esta etapa es subirse al autobús en Salamanca, con la bici por supuesto, y bajarse en Zamora. Estoy totalmente de acuerdo.

Por su perfil está considerada como una de las etapas fáciles, pero el camino no está bien. Tiene muchísimos bancos de arena, mezclados con piedras, que dificultan mucho la etapa. De hecho, en estos tramos, tuvimos tres caídas: Sera, Joan y Malen. No se hicieron nada importante: rozaduras, golpes y alguna que otra herida poco importante. Tuvimos que estrenar nuestro bien surtido botiquín.






Un poco antes de llegar a Zamora nos encontramos con un curioso lugar. Se trata de tres bloques de granito instalados en la confluencia de las calzadas Mirandesa, de Dalmacia y la Vía de la Plata. Entre los bloques de granito, que representan las tres rutas y las culturas cristiana, judía y musulmana, se encuentra el Brocal de las Promesas, la simulación de un pozo al que los peregrinos podrán arrojar sus deseos en forma de piedras, como manda la tradición.


Llegamos a Zamora por el puente medieval sobre el río Duero y, tras una subidita, a tomar posesión del albergue. Por fin nos encontramos con ciclistas en el albergue. Se trataba de una pareja joven, extranjeros, que hacían el Camino al revés, de arriba a abajo.



Ducha, aseo, paseo por Zamora (muy bonita, por cierto), cena y a dormir tempranito que estamos cansados y mañana hay que seguir.












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