domingo, 10 de abril de 2011

LA RUTA INTERMINABLE (SÁBADO, 09-04-2011)

Últimamente, en todas las salidas nos falla alguien y hoy, para no ser menos, le ha tocado el turno a Joan. Nos ha vendido que estaba mal, que ha estado mal toda la semana. ¿Qué hacemos, le creemos? Vale, aceptamos pulpo.
Hemos quedado con Sera a las 9:15 en la Plaza Alexander Fleming y hemos empezado la ruta con el firme convencimiento de que hoy tocaba ir a Lloseta, que me han hablado de un sitio donde se merienda muy bien. La ruta es la habitual por esta zona, ya nos la conocemos de memoria. Íbamos la mar de bien, pedaleando a buen ritmo cuando, a la altura del kilómetro 5 oigo a Malen que me llama a grito pelado. Resulta que Sera había pinchado (¡nuestro primer pinchazo!) y yo, que en este momento iba liderando el pelotón pedaleando a ritmo EPO, ni me había enterado, y la pobre Malen ha tenido que hacer un esfuerzo extra para alcanzarme (voy a tener que instalar un espejo retrovisor a la bicicleta). Ya sabes, Sera, ¡haber ido delante!, que no se puede estar chupando rueda y encima pretender que se entere todo el mundo cuando pinchas.
Atendiendo a la ley de Murphy, el pinchazo fue en la rueda trasera para complicar más la reparación. Sera, como profesional cualificado del ramo, procedió a efectuar el cambio de cámara con total maestría, bajo la atenta mirada de Malen y mía en plan empleados de Emaya. 


Aunque no hubo ningún problema, la reparación llevó su tiempo y nos hizo replantear el recorrido previsto así que, en vez de ir a Lloseta por el Camí des Raiguer, hemos decidido ir a Sencelles por el Camí Vell de Muro.
El Camí Vell de Muro, como ya he comentado otras veces, es un camino precioso, con muy poco tráfico y, prácticamente, propiedad exclusiva de los ciclistas. Una vez pasado el cruce con la carretera Binissalem-Biniali, se pasa por un "llogaret" espectacular, Biniagual. El camino pasa de asfalto a empedrado y entramos en una especie de paraíso: casas impresionantes, árboles y plantas por doquier y una fuente en mitad del camino. Os adjunto unas fotos porque el sitio es digno de ver.




Cuando estábamos haciéndonos fotos, a Malen le dió por imitar a Piolín y dijo que le había parecido ver a un lindo gatito. Resultó que tenía razón y apareció un gatito bastante joven con el que estuvo jugando un rato y acariciándolo. Cuando ya nos íbamos, nos hizo seguirle hasta meterse en su casa, supongo que para enseñarnos dónde vivía.


Seguimos la marcha y, a pesar de los intentos fallidos de Malen y Sera de coger un atajo, cuando llegamos al cruce con la carretera Inca-Sencelles, cogimos dirección Sencelles y, una vez en el pueblo, cumplimos con la obligada parada técnica para el control de avituallamiento. Yo pedí ensaladilla y picapica y Malen y Sera, un variado sin callos. 


A la vuelta hemos cogido uno de los atajos fallidos de antes hasta el Camí Vell de Muro y, una vez allí, hacia Palma. La vuelta se ha hecho un poco pesada, a pesar de ser un recorrido sin ningún problema, costaba pedalear (a mí, al menos) debe ser por la acumulación de kilómetros porque, entre una cosa y otra, la salida ha sido la más larga hasta el momento.
En resumen: etapa preciosa, tiempo veraniego y agradable compañía ¿qué más se puede pedir?

Resumen de la etapa:

Distancia recorrida:   73,38 Km.
Tiempo empleado:    3:42:30 horas
Velocidad media:      19,80 Km/h.
Velocidad máxima:   38,54 Km/h.

3 comentarios:

  1. La próxima más larga todavía...pero hay que acordarse del protector solar, que la cara no porque me puse, pero los brazos y piernas se me chamuscaron!!

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  2. Por cierto, la madona del bar nos engañó y metió callos en el variat de Sera y mío, hay que estar más atento con estas madonas traicioneras...

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  3. Hay que saber lo que se pide. ¿Me visteis a mí pedir variado? Si es que...

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