miércoles, 10 de agosto de 2011

VAYA PAR DE DOS (sábado, 06-08-2011)

 La salida del sábado 6 de agosto ha estado poco concurrida, por la ausencia de Malen y de Tomeu, cronista oficial de estos eventos, que alegando excusas peregrinas (nunca mejor dicho) decidieron no comparecer.
            Eso sí, la falta del cronista oficial no podía ser óbice ni cortapisa (Toni Riera dixit) para que esta salida quedara huérfana de reseña,  hasta ahí podíamos llegar, y por eso tomamos las medidas necesarias para que ello no sucediera.
            Así pues, sin impedimentos ni presiones ajenas al correcto devenir de un entrenamiento serio como el objetivo merece, Juan y yo decidimos ir hasta Badia Gran y luego, si el cuerpo y el tiempo lo permitían, terminar subiendo al Castillo de Bellver para que la distancia recorrida estuviera a tono con una salida de sábado.
            Aprovechamos las susodichas ausencias para fijar la hora de salida a las 9:30 horas, más propia de las personas humanas, que no las que venían siendo habituales y, en cuanto al lugar, junto a nuestra musa Nuredduna de Can Pere Antoni.  Las perspectivas no podían ser mejores y así fue hasta la llegada al punto de descanso en Badia Gran salvo por las molestias de mis zapatos biciclistas-todo terreno nuevos, que no acaban de amigarse con mis pies. Ya veremos si en el poco tiempo que queda acaban siendo amigos o tengo que tomar medidas y tirar los Shimano a la basura y comprarme unos Campagnolo como hacen los profesionales que se precian.
            La parada la hicimos en el Diver Café de Badia Gran y claro, como uno se puede imaginar por el nombre del lugar, allí se trabajan más las chuches que las tapas y nos merendamos sendos medios de atún (pero ¿no han prohibido el atún a los niños?, o será que aquí no ha llegado todavía la noticia), acompañados de unos plátanos que Yolanda ha conseguido imponer como complemento  habitual de  nuestra dieta, ¡ y eso que ella no nos acompaña en las salidas!. No quiero ni pensar que ocurriría si Yolanda también viniera con nosotros. La merienda tuvo sus más y sus menos porque, aparte de que el camarero nuevo (la chica habitual apareció más tarde) entiende lo de “medio de atún” en sentido literal, es decir, el pan entero y poco atún, el servicio tuvo una demora considerable, achacable, según él, a que todos los clientes habíamos llegado al mismo tiempo, cuando allí sólo había 4 personas en una mesa y estaban servidos cuando llegamos nosotros dos. ¡Hay que ver como está el servicio!.





             La vuelta fue mejor y más rápida (alguien descubrirá  algún día por qué se va mucho mejor cuesta abajo que cuesta arriba. Misterios de la ciencia), pero la demora en el servicio de la merienda, que esa y sólo esa fue la causa, había roto nuestros esquemas temporales y la subida al Castillo de Bellver quedó para mejor ocasión.

Resumen de la salida:

Distancia recorrida: 51,16 Km.
Tiempo empleado:  2:49:25 horas
Velocidad media:    18,2 Km/h
Velocidad máxima:  51 Km/h

Nota Informativa:

Debido a la ausencia del cronista habitual, esta crónica es obra de Sera, así que ya sabéis a quién poner a caldo si fuera menester.

3 comentarios:

  1. Bocadillos de aspecto triste y plátanos chuchurríos... ¿y a esto le llamas tú una salida seria?
    Háztelo mirar, Sera!

    ResponderEliminar
  2. Si es que subir pa bajar es tontería!!

    ResponderEliminar
  3. Los bocadillos no eran tristes, sino escasos de contenido, que es distinto, y por que el servicio se percató de nuestra frugalidad peregrina. ¡Pero míralos!, si parece que van a saltar del plato de alegría. En cuanto a los plátanos, tenían todo el fósforo y el magnesio necesarios y en su puntito de madured, ¡que sólo te fijas en las apariencias, caramba!

    ResponderEliminar