domingo, 28 de agosto de 2011

ALEA JACTA EST!!! (sábado, 27-08-2011)

Hoy hemos hecho nuestra última salida de entrenamiento. La hemos hecho con fuego real, es decir, con las alforjas cargadas. Sera, que es un tío cumplidor, las llevaba cargadas con los enseres peregrinos, es decir, los que va a usar en la Vía de la Plata. Joan y yo, que somos menos cumplidores que Sera, también íbamos cargados pero con botellas de agua. Total, el peso es el mismo, aunque los desplazamientos que se producen en el interior de las alforjas, en plena marcha, son privilegio exclusivo de las botellas de agua.

Supongo que, a estas alturas de la crónica, os estaréis preguntando...¿pero no érais cuatro?...Lo éramos, lo éramos. Y aún lo somos, lo que pasa es que Malen, la cuota femenina de nuestro grupo, cada vez va más por libre. Te voy a decir una cosa, Malen, ¡no vamos a permitir que faltes a ninguna otra salida de entrenamiento!

Hemos quedado en el punto oficial de salida a las 8:30 y, poco a poco, hemos ido llegando, hechos unos auténticos bicigrinos, con sus alforjas y su canesú.



Aunque estaba anunciada la posibilidad de lluvia, hacía calor y se intuía un día caluroso, de esos que tanto nos gustan. Calor, alforjas cargadas...pensaréis ¡aquí falta algo! Tenéis razón, falta algo. Algo que, a la que te despistas, forma parte del equipaje del ciclista que se precie...¡el viento en contra!
 
Poco hay que contar de la ruta en sí. Ha sido una de las más repetidas en nuestros entrenamientos, así que yo creo que del recorrido ya está todo dicho. Hemos ido hasta Sencelles y, aunque al principio teníamos la sensación de que pedalear costaba más, poco a poco nos hemos ido adaptando y hemos olvidado por completo que llevábamos alforjas.

He aprovechado para practicar con la cámara de fotos, sacarla de la bolsa y hacer alguna foto en marcha, sin tener que parar la bici. No ha ido mal del todo.



Sin incidente alguno, a pesar del viento en contra, hemos llegado a Sencelles sin problemas.

El control de avituallamiento se ha realizado en Can Coques y ha consistido en lo habitual: variado para Sera, bocata de Serrano y queso para Joan y bocata sólo de serrano para mí, que ya sabéis que no me gusta presumir. 







En pleno avituallamiento ha pasado por nuestro lado un grupo ciclista de los de verdad, en el que iba nuestro común amigo Fede, que ha tenido el detalle de parar a saludarnos. Hemos aprovechado para darle un poco de envidia ya que ellos, como grupo ciclista serio que son, no hacen control de avituallamiento, una barrita energética a lo sumo. Mi pregunta es ¿para qué salen en bici, entonces?. En fín, doctores tiene la Iglesia...

Me había olvidado un pequeño detalle sin importancia. Esta ruta está llena de viñedos, en alguno de los cuales ya ha empezado la vendimia, y hemos aprovechado para estudiarlos detenidamente con el fin de buscar las mejores uvas para, en la vuelta, efectuar un ataque envolvente, de auténtica guerrilla.

Hemos seleccionado dos viñedos para efectuar nuestra vendimia particular. Uno con uvas negras y otro con uvas blancas. El de las uvas negras ha resultado un fiasco, las uvas eran demasiado pequeñas y tampoco mataban con su dulzor. Ante esta tesitura, hemos depositado todas nuestras esperanzas en las uvas blancas y, por una vez y sin que sirva de precedente, ¡hemos acertado! 

Sera estudiando detenidamente el viñedo 
  


 Sera y Joan vendimiando
 Aquí estoy yo, mostrando nuestra particular Supercopa de la vendimia.

Sin más detalles que relatar, llegamos a casa alegres y contentos. Satisfechos por haber terminado nuestra preparación y convencidos que conseguiremos nuestro objetivo, que no es otro que llegar a Santiago dignamente.

Para seguir la costumbre iniciada en la crónica anterior, aquí os pongo el perfil de nuestra última salida.


Visto así acojona pero, en realidad, se trata de una etapa bastante llana.

Resumen de la salida: 

Distancia recorrida:    64,80 Km.
Tiempo empleado:     3:30:48 horas.
Velocidad media:       18, 44 Km/h.
Velocidad máxima:     42,58 Km/h.


El miércoles facturamos las bicicletas hacia Mérida. ¡Esto ya no hay quien lo pare! 
 
Esperemos que todo nos vaya sobre ruedas (no me he podido resistir al chiste fácil, jeje) y que el Apóstol nos proteja y, si hace falta (que va a ser que sí) nos eche una mano.

Como dice el título de esta crónica, ¡Alea Jacta Est!, aunque teniendo en cuenta el personal variopinto que formamos nuestro grupo, más valdría decir...¡que Dios nos coja confesados! 

2 comentarios:

  1. Aquí estaré per seguir ses vostres super cróniques. No em perdre detall. Vos desig que tot vagi molt bé. Anims i força!!!

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  2. Beleta, tu no falles mai, ets sa nostra seguidora número 1. Gràcies pels ànims.

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